Cómo conseguir que mi gato supere un trauma
21 febrero, 2023
21 febrero, 2023
No es nada fácil obtener grandes resultados en temas de comportamiento felino, pero a veces el resultado es más que satisfactorio, sobre todo viendo de dónde partimos y lo que hemos llegado a conseguir.
Os recuerdo que los especialistas en estos temas son los etólogos, que se encargan de darnos las pautas necesarias para mejorar el comportamiento de nuestras mascotas, aunque a veces también pueden necesitar ciertos medicamentos veterinarios para alcanzar sus objetivos.
Los posibles traumas que pueda haber sufrido un gato son múltiples, pero los más frecuentes que nos encontramos suelen ser por miedo, agresividad y estrés en la consulta del veterinario.
Es muy importante la socialización desde pequeño y que el minino viva en un entorno tranquilo. Para un cachorro vivir en un ambiente con mucho ruido, con demasiados movimientos de gente y de objetos, así como con cambios en su territorio, pueden ocasionarle alteraciones en su comportamiento que, si no se tratan adecuadamente, no se resolverán en mucho tiempo. Se trata de un animal muy territorial, pero necesita una parte de socialización y otra de independencia, un momento de juegos y caza y otro de descanso, y por supuesto tener bien cubiertas sus necesidades en temas de alimentación e higiene, en especial con el tema del arenero y con las bolas de pelo. Si alguna de estas cuestiones falla, aumentan notablemente las posibilidades de que tu gato pueda sufrir estos problemas.
Un gato bien socializado y sin miedos aparentes se recuperará mejor y más rápido ante cualquier situación puntual aterradora que pueda suceder, como es el ruido inesperado de un petardo, de una avería de algún electrodoméstico que haga un sonido estridente, una caída brusca de un objeto…
Siempre es recomendable tener un trato relajado, sin grandes aspavientos ni volúmenes altos. Por supuesto, nada de castigos físicos, solo bloquearán al gato e intentará escapar rápidamente. Tampoco se recomienda forzar el contacto, lo ideal es casi no acercarte y que sea el propio gato el que pretenda acercarse a ti y, cuando esto pase, no hagas nada especialmente brusco, sino que de forma gradual vayas tú también acercándote un poco más de forma delicada.
Cuando se trata de miedo a una determinada persona de la familia, se recomienda que sea esa persona la que se encargue de proporcionarle el alimento y el agua, pero siempre de manera suave.
También es frecuente que puedan sufrir estrés durante una mudanza, por lo que si se puede, se recomienda que el gato tenga su propia habitación cerrada al margen del trasiego de muebles y enseres.
Menos frecuente pero no descartable (más en gatos que se adoptan desde albergues o directamente de la calle) es que haya sufrido maltrato de sus antiguos propietarios o de personas que hayan estado en contacto con el gato, como puede ser si es abandonado y ha vivido en la calle demasiado tiempo. En estos casos, se tratará de reducir en la mayor medida esos miedos, aunque resulte complicada su total solución.
Es fundamental saber reconocer este comportamiento lo antes posible, que tiene entre otras las siguientes manifestaciones:
Ante estas conductas, no dudes en acudir a tu veterinario para que valore el tratamiento, que puede ir desde simplemente un acondicionamiento de la conducta para que poco a poco se vaya acostumbrando a ese mal estímulo o apoyarse en una terapia farmacológica que relaje a la mascota.
Los consejos son complicados, porque estas situaciones requieren ver cada comportamiento de manera particular, pero de forma general:
Respecto a la visita al veterinario:
No es una pregunta difícil si ya tienes cierta experiencia con estas pequeñas mascotas, pero si eres nuevo en esto de tener cobayas, necesitarás una serie de pautas y consejos para conseguir que tu mascota se mantenga limpia y sana.
Las vacaciones de verano llegan a su fin y volvemos a la rutina del trabajo. El regreso a la oficina no solo nos afecta a nosotros, también a nuestras mascotas, que ya se habían acostumbrado a pasar más horas con nosotros. Una posible opción para sobrellevar mejor la vuelta es que nuestro perro nos acompañe al trabajo.
Las mascotas son fuente inagotable de alegría y diversión para aquellos que compartimos vida con ellas, y su comportamiento nos arranca más de una carcajada y seguro que bigotes o pelos nos han provocado cosquillas más de una vez, pero ¿y ellos? ¿experimentan cosquillas?