Cómo preparar la visita al veterinario
23 marzo, 2019
23 marzo, 2019
La visita al veterinario, tan necesaria para que nuestros mejores amigos gocen de buena salud, a veces resulta un trago para mascotas y dueños.
Siguiendo estos consejos conseguiremos preparar nuestra visita, y facilitaremos mucho el trabajo en la consulta, a la que es importante acudir con toda la información que pueda facilitar un diagnóstico.
¡Apunta!
Es habitual que roedores, conejos, tortugas, reptiles o aves lleguen a la consulta en su jaula habitual u otra más pequeña y cómoda para transportar, siempre bien limpia, por aquello de quedar bien con el veterinario y que no piense que no cuido a mi mascota.
En realidad, los veterinarios obtenemos muchísima información precisamente de la jaula, y en especial de las zonas que se limpian. Las deposiciones de nuestra mascotas nos aportan, por ejemplo, muchos datos y comprobar la forma, color, tamaño o consistencia de sus cacas puede ayudarnos mucho a la hora de emitir un diagnóstico.
Observar el comedero también nos será útil, así que observando qué come, si elige un tipo de cereales frente a otro o si no es capaz de triturar bien por problemas en la boca, pico o dientes, podremos extraer muchas conclusiones.
Así mismo, el bebedero nos revelará muchas cosas. Podemos ver si, por ejemplo, la pérdida de agua ha generado problemas por humedad.
En definitiva, como veterinarios, queremos obtener la máxima información posible observando las condiciones de su hábitat en casa. Para ello, os aconsejo que si tenéis la visita programada, valoréis dejar de limpiar la jaula ese día (a veces más, dependiendo de las condiciones y del tipo de mascota) para que nuestro veterinario pueda extraer datos de su hogar habitual.
Cuando no podemos hacer esto porque la jaula o terrario es demasiado grande (iguanas, loros…) o porque los animales no suelen estar en jaula (tortugas que se mantienen en jardines, conejos …), sería interesante que al traer a la mascota en un transportín, jaula portátil o caja hicieséis fotos de las zonas que frecuenta en casa para dormir, para comer, beber, zona de juegos-ocio, así como de las heces.
Por muy tranquilo que sea nuestro gato, debe llegar en transportín a la consulta; tanto por peligro de que se escape por la calle al asustarse durante el camino, como por tener que aguardar en la sala de espera de la clínica con otros animales cerca. Sin embargo, es relativamente frecuente que lleguen, bien envueltos en una mantita, o dentro de un abrigo o similar. Más de una vez he visto en clínica cómo el gato se zafaba de su amo y se escondía en zonas tan increíbles que tardábamos hasta horas en localizarlo (ten en cuenta que si es un cachorrito pequeño, cabrá en cualquier agujero). Adicionalmente, puede estresarse demasiado y ser luego difícil de manejar al estar muy asustado.
Yo prefiero los transportines rígidos para evitar que se pueda aplastar o deformar en caso de choque con algo pesado (en especial con perros grandes o por caídas de maletas u otros objetos), pero también los hay que no son rígidos y pueden ser igualmente útiles y más manejables.
Conviene que no saquéis del armario el transportín únicamente en el momento de llevarle al veterinario, porque es posible que lo asocie siempre al probable pinchazo y se estrese cada vez que toque visita. Es mejor que el transporte a la clínica se encuentre siempre a disposición del gato en alguna zona que no moleste, a modo de cunita o escondite, con una mantita y juguetes para que se encuentre más seguro y cómodo.
En cuanto a perros, si es la primera vez que lo llevas a una clínica que no es la suya y ya tiene cartilla y algunas vacunas puestas, es importante que lleves también la cartilla, aunque no vaya a vacunarse. Ante ciertas enfermedades (diarreas, toses o similar) la información que nos pueda dar la cartilla (pautas de vacunación, fecha de las mismas o desparasitaciones ) nos puede ayudar en el diagnóstico y sospecha del agente causante de dicha patología. A veces no sabéis con exactitud dichos datos y esto es muy importante para el diagnóstico. No es lo mismo si ante un proceso con vómitos y diarrea el perro ha sido vacunado frente a parvo, corona y rotavirus que sólo frente a parvo, o si se ha utilizado una vacuna múltiple o específica frente a estas enfermedades. Algo parecido pasa con la de la tos de las perreras, una vacuna que no siempre se administra. Y tampoco es lo mismo si fueron vacunados hace ya más de quince días o hace menos ya que hay que tener en cuenta la inmunidad que ofrece la vacuna frente a esas enfermedades, porque el organismo necesita de un periodo de exposición al agente, otro de respuesta inicial y otro de defensa en un futuro.
En resumen, es aconsejable llevar con nosotros toda la información que podamos aportar al veterinario.
Algunos datos de interés a aportar de cara a un buen diagnóstico podrían ser:
Si las heces de nuestras mascotas nos resultan extrañas (por color, textura o lo que sea) podéis hacer fotos o coger una muestra y meterla en un botecito, así hasta podríamos hacerle análisis coprológico si fuera necesario o detectar anomalías como trazas de sangre no muy evidentes.
Ante perros que se han comido un trozo de pelota o similar también es útil aportar el trozo que no se ha comido, ya que si conseguimos que expulse la otra parte podremos confirmar que no queda nada en su interior. Ya hay clínicas que pueden hacer gastroscopias al momento para asegurarse de que no queda nada en el estómago pero, si nuestra clínica es pequeña, esta prueba puede tardar o incluso no poderse realizar en determinadas situaciones.
En resumen: actuando con sentido común conseguiremos la visita al veterinario no sea un mal trago ni para nuestro mejor amigo ni para el veterinario que va a tener que manejar a nuestra mascota y que, además, la visita sirva para conseguir diagnosticar lo antes posible el problema que nos preocupa u otros que no sabíamos que podía tener.
Cuando se trata de mantener a nuestras pequeñas mascotas limpias y cómodas, elegir el lecho adecuado es de suma importancia. Este no solo proporciona una superficie adecuada para que hagan sus necesidades, sino que también ayuda a mantener un ambiente limpio y libre de olores desagradables.
No es una pregunta difícil si ya tienes cierta experiencia con estas pequeñas mascotas, pero si eres nuevo en esto de tener cobayas, necesitarás una serie de pautas y consejos para conseguir que tu mascota se mantenga limpia y sana.
Las vacaciones de verano llegan a su fin y volvemos a la rutina del trabajo. El regreso a la oficina no solo nos afecta a nosotros, también a nuestras mascotas, que ya se habían acostumbrado a pasar más horas con nosotros. Una posible opción para sobrellevar mejor la vuelta es que nuestro perro nos acompañe al trabajo.