¿Dónde dejar a tu perro en vacaciones?
13 agosto, 2019
13 agosto, 2019
En verano una de las comeduras de cabeza más comunes para los que tenemos compañeros de cuatro patas es qué hacer con ellos. Normalmente tenemos varias opciones para pasar las vacaciones con nuestra mascota, pero cuando esa posibilidad se reduce por las características del viaje y debemos separarnos de él… nos surgen todo tipo de preguntas.
¿Cómo elegir la mejor residencia para nuestro amigo? ¿Lo pasará muy mal sin mí? ¿Hay más alternativas?
Este artículo tratará de orientar a todos aquellos que se encuentren en esta situación.
La residencia tradicional es la opción que durante años ha tenido más éxito. En los últimos años las comunidades colaborativas han llegado al mundo de las mascotas y su cuidado, cobrando cada vez más protagonismo. El sistema es sencillo, mediante una aplicación o una página web se pone en contacto a dueños que necesitan un servicio (guardería, residencia o paseos) y a cuidadores que exponen en su perfil preferencias, rutinas y conocimientos. La empresa cobra un porcentaje y en algunos casos se facilita un seguro.
Para mí la mayor ventaja es la exclusividad que este servicio ofrece, ya que los perros conviven en el domicilio con el cuidador la mayor parte del día, consiguiendo una atención más personalizada y que se aleja menos de la vida a la que el perro está acostumbrado. Uno de los inconvenientes a valorar es que no deja de tratarse de un particular, algo que puede limitar los horarios. O quizás que se trate de una persona sin la formación adecuada a la hora tratar con perros más complicados, o directamente que no cumpla con las normas de la aplicación, en el peor de los casos.
Por otro lado, como ya mencionamos antes, tenemos las residencias caninas tradicionales que, por suerte, en los últimos años cada vez se actualizan más y dan un mejor servicio. Cierto es que no hace tanto tiempo el régimen que se seguía en la mayoría de residencias era meter al perro en un chenil el primer día y no sacarlo hasta que venía el dueño a buscarlo. Lo que se traduce en unos niveles de estrés y ansiedad altísimos para nuestro animal.
La mayor ventaja de estos servicios es que los ofrece una empresa, que debe contar con su seguro de responsabilidad civil, núcleo zoológico expedido por un veterinario y las autoridades competentes que tienen condiciones aptas para el cuidado de animales. A la hora de reclamar estas reclamando a una empresa y no a una persona física, con lo que el acuerdo debería ser menos tedioso. Además se les presupone que tienen personal experimentado y con capacidad para resolver cualquier problema que les surjan.
Al final, lo suyo es conocer a la persona que se va a encargar de tu perro, que esa persona te inspire confianza, provenga de una residencia o de una comunidad colaborativa. Si la misma tiene perro, podría ser una buena muestra de ejemplo ver cómo lo trata y cómo se desenvuelve con él, de esta manera podremos interpretar mejor qué se ajusta más a la personalidad de nuestro amiguito.
Que tengáis todos unas buenas vacaciones, ¡incluidos vuestros perros!
Compartir nuestro día a día con un perro es una experiencia satisfactoria, independientemente de su tamaño, pero si nos decantamos por un perro de tamaño pequeño nos aportará una serie de ventajas añadidas que a continuación te explicamos.
Al igual que las personas, todas las mascotas, no sólo los perros, deben tener una actividad física para conseguir un bienestar animal adecuado, tanto a nivel físico como mental.
Los dueños de gatos solemos entrar en sintonía con ellos. Pero muchas veces nos relacionamos desde nuestra mentalidad humana, sin tener en cuenta su lenguaje corporal. Hay un entendimiento mutuo no hablado que podemos enriquecer conociendo mejor cómo se comunican ellos. Y es que una parte importante de su lenguaje lo hablan con su manera de colocar o mover la cola.