La importancia de crear un método de comunicación con tu perro
11 octubre, 2019
11 octubre, 2019
Hoy vamos a hablar de la importancia de generar un buen canal de comunicación con nuestro perro, para ello, daremos unos sencillos consejos.
En primer lugar, hay que comprender que la mente de nuestro perro es como un disco en blanco. Nosotros seremos los encargados de grabar en él una serie de emociones, cogniciones, comportamientos y como no, un lenguaje con él al que llamaremos canal de comunicación.
Es muy habitual vernos pegando gritos tras proporcionar una orden a un perro. Este, lejos de ejecutar un “sentado” a la primera, acabará desesperado tras escucharnos repetirle la orden una segunda y tercera vez. Por norma general, tampoco acabará ejecutándola por mucho que alcemos la voz. Posiblemente no comprenda lo que le estás pidiendo.
Si alguna vez, tú, lector, has sido ese dueño, ha llegado el punto de preguntarte si te has tomado la molestia de comprobar que el perro entiende lo que esperas de él.
Resulta básica y fundamental la comprensión entre ambos para hablar el mismo idioma. En este punto es necesario recordar la importancia de proporcionar órdenes claras. Las órdenes pierden claridad y funcionalidad tras un uso inadecuado. Pongamos un ejemplo para facilitar su comprensión: si pedimos un “sentado” al perro y este se tumba, y como no, nosotros le premiamos esta acción. Lejos de nuestro propósito, hacemos que la orden de “sentado” pierda claridad. Al final, el perro responde ante la repetición de lo que le pedimos. Por ello, es tan importante hacer un ejercicio de autoconocimiento para comprender qué pedimos a nuestro perro y qué damos por bueno cuando él lo ejecuta.
Es muy recomendable iniciar a nuestro perro en un adiestramiento básico: “sentado”, “tumbado”, “quieto” y acudir a la llamada. De esta manera fortaleceremos el vínculo y además, generaremos el llamado “canal de comunicación”.
En este artículo, no profundizaré en cómo hacer esto, existen infinidad de tutoriales y profesionales con este fin. Un experto podrá encargarse de enseñarte dónde fallas, ya hemos visto la facilidad con la que damos órdenes contradictorias: “¡fuera!” – mientras le acariciamos. Además de recalcar la importancia en estos ejercicios básicos de construir un “no” informativo y no uno restrictivo, y un “¡muy bien!”. Tanto la intensidad como la estimulación son claves en estos parámetros.
Veámoslo con otro ejemplo: imaginémonos caminando con nuestro perro al lado, cuando este se adelante, introduciremos el “no” informativo, con un tono de voz bajo y la intensidad adecuada. De esta manera estaremos comunicando al perro que lo está haciendo mal. Ahora bien, cuando este se coloque en la posición correcta, le felicitaremos con un “¡muy bien chico!”.
En mi opinión, el “no” restrictivo es fundamental a la hora de entablar una buena comunicación. Con este tipo de “no” estaremos trasmitiendo al perro que su acción no es correcta, no tiene otra opción, por ello es importante que nosotros usemos todos nuestros recursos en hacer lo imposible para que esto quede claro. Este tipo de “no” podemos usarlo en situaciones en las que no hay más opción, y el perro comprende lo que le pedimos. Por ejemplo, ante la tentativa de nuestro perro a agredir a otro compañero del parque o cruzar una carretera llena de tráfico.
Antes de terminar, me gustaría resaltar que no todos los canales de comunicación son hablados. Existe la llamada “comunicación no verbal” que en la mayoría de ocasiones es más enriquecedora e informativa que la palabra. Una persona muda seguramente establezca un mejor canal de comunicación con su perro por medio de gestos.
Te invito a que lo intentes…una semana sin hablar con tu perro. La de conclusiones que estoy seguro podrás sacar no son pocas… ¿Aceptas el reto?
No es una pregunta difícil si ya tienes cierta experiencia con estas pequeñas mascotas, pero si eres nuevo en esto de tener cobayas, necesitarás una serie de pautas y consejos para conseguir que tu mascota se mantenga limpia y sana.
Las vacaciones de verano llegan a su fin y volvemos a la rutina del trabajo. El regreso a la oficina no solo nos afecta a nosotros, también a nuestras mascotas, que ya se habían acostumbrado a pasar más horas con nosotros. Una posible opción para sobrellevar mejor la vuelta es que nuestro perro nos acompañe al trabajo.
Las mascotas son fuente inagotable de alegría y diversión para aquellos que compartimos vida con ellas, y su comportamiento nos arranca más de una carcajada y seguro que bigotes o pelos nos han provocado cosquillas más de una vez, pero ¿y ellos? ¿experimentan cosquillas?