¿Qué pasa cuando acaricias a un perro o a un gato? (PARTE 2)
11 octubre, 2019
11 octubre, 2019
Hay investigaciones que demuestran que la presencia de perros o gatos en el ámbito familiar es buena para la salud: entre el humano y el animal se desarrolla una relación afectiva muy armónica, que puede convertir a la mascota en un amigo y confidente.
Tener mascota también produce otros beneficios, no sólo al acariciarlos:
Está perfectamente demostrado que aquellos que conviven con mascotas viven más tiempo y con mejor calidad de vida que quienes no lo hacen.
Además desde el punto de vista social se facilitan las relaciones humanas, como puede ser el momento del paseo del perro, y desde el punto de vista físico promueve estar en forma y tener una serie de rutinas de ejercicio diarias. Se dice que las mascotas son acérrimos enemigos de la pereza, y que suponen un excelente estímulo para hacer ejercicio.
Psicológicamente, tanto en ancianos como en niños, pueden ser esenciales para darles responsabilidad en sus cuidados, sentirse útiles, y con su amor siempre incondicional permiten aceptarse a sí mismo en personas con problemas de autoestima. También hay estudios que demuestran cómo en personas mayores la presencia de un perro o un gato les proporciona un mejor bienestar psicológico y les hace más capaces de realizar las actividades diarias mejorando su rutina. Para los ancianos tener un gato es considerado un antidepresivo natural. En ocasiones la jubilación provoca en algunas personas un vacío vital al que se suma un sentimiento de dejar de ser útil para los demás. Las mascotas neutralizan esta sensación de vacío, que algunas personas mayores lo llenan a la hora de cuidar a estos animalitos. De esta manera comienzan a sentirse útiles y seguros de sí mismos; la mayoría de los ancianos recuperan la autoestima cuando tienen una mascota que cuidar.
Son capaces de devolver la sonrisa a personas deprimidas y estimulan el carácter social de los tímidos, ayudan a personas violentas a autocontrolarse. También ayudar a relajarse a los más nerviosos e incluso bajar la tensión de personas hipertensas.
En el tratamiento de la hipertensión los médicos recomiendan a sus enfermos rodearse del afecto de un gatito ya que ese efecto relajante que produce, ayuda a mantener en su cauce la presión sanguínea. Los dueños de gatos experimentan una reducción del riesgo de muerte por ataque al corazón del 30%. También aseguran que su compañía es tremendamente beneficiosa en los períodos de convalecencia de las personas que han sufrido un infarto y protegen nuestras arterias.
Si notáis que eriza el pelo, arquea la espalda, se asea reiteradamente, agacha las orejas o gira bruscamente la cabeza para encararse con la boca e incluso intenta morderte, lo mejor es dejar las caricias para otro momento, porque no está relajado.
Por último, que sepáis que cada animal es diferente, no todos son cariñosos y aceptan que se les toque, por ello siempre respetar los límites que el propio animal os permita sin que se sienta incómodo.
Compartir nuestro día a día con un perro es una experiencia satisfactoria, independientemente de su tamaño, pero si nos decantamos por un perro de tamaño pequeño nos aportará una serie de ventajas añadidas que a continuación te explicamos.
Al igual que las personas, todas las mascotas, no sólo los perros, deben tener una actividad física para conseguir un bienestar animal adecuado, tanto a nivel físico como mental.
Los dueños de gatos solemos entrar en sintonía con ellos. Pero muchas veces nos relacionamos desde nuestra mentalidad humana, sin tener en cuenta su lenguaje corporal. Hay un entendimiento mutuo no hablado que podemos enriquecer conociendo mejor cómo se comunican ellos. Y es que una parte importante de su lenguaje lo hablan con su manera de colocar o mover la cola.