Termómetro, pastillas, vacunas… trucos de enfermería perruna
15 julio, 2020
15 julio, 2020
Corren, saltan, juegan…nuestros perros no paran y, aunque pongamos cuidado en que no les pase nada, debemos estar preparados para posibles accidentes o enfermedades habituales.
Nuestros perros, aunque los consideremos animales domésticos, tienen inquietudes intrínsecas y su instinto les pide salir a explorar, jugar y disfrutar de nuevos espacios. Por mucha cautela que llevemos, pueden ocurrir pequeños incidentes que conviene no nos pillen desprevenidos, así que hemos recopilado unos trucos de enfermería que seguro os serán útiles en algún momento.
Saber cómo actuar ante un accidente perruno puede ser vital en algunos casos y, aunque acudir al veterinario cuanto antes es fundamental, tener el control de la situación será de muchísima ayuda en caso de gravedad así que no está de más informarse sobre respiración boca-hocico o masaje cardiaco para canes.
Por ejemplo, ante un traumatismo fuerte o accidente de importancia, es importante asegurarnos de que nuestro mejor amigo respira (20-30 respiraciones por minuto), limpiar sus vías respiratorias en caso de que lo haga con dificultad y confirmar que su corazón sigue latiendo, como lo haríamos con un humano.
Y aunque, como decíamos, llamar a personal veterinario de urgencia es muy importante en estos casos, realizar una respiración asistida con firmeza mientras acuden a ayudarnos puede salvar la vida de nuestro perro, así que consultar con nuestro veterinario dónde podemos aprender es siempre una buena idea.
Limpiar, vendar y presionar con fuerza la herida si nuestro perro sangra mucho es el combo fundamental de camino al veterinario para evitar complicaciones derivadas si nuestro peludo tiene una herida de importancia.
Evita que muerda el vendaje si tuviera que llevar alguno puesto y cámbialo si se moja o ensucia.
Fiebre, golpes de calor, hipotermia… ¿sabes cómo actuar en cada caso?
Un perro adulto sano tendrá una temperatura corporal de unos 38ºC aunque podría variar medio grado o llegar a un grado más si se trata de un cachorro.
Consideramos que un perro tiene fiebre a partir de los 39ºC y algunas de las pistas que indican una subida de la temperatura corporal pueden ser una tiritona repentina, jadeo y nerviosismo o incluso estreñimiento y diarrea.
Una subida repentina de temperatura puede deberse a un golpe de calor, nos daremos cuenta porque nuestro perro jadeará y salivará mucho. Si esto sucede debemos llevarle rápidamente a un lugar menos caluroso y refrescarle con agua, retirándole la saliva que haya podido acumular en la boca para que respire bien.
También puede darse el caso contrario: hipotermia. Llévale a un lugar cálido y arropa a tu perro con una manta, frotándole con energía con tus manos. Debes tomarle la temperatura pues si es menor de 37ºC, deberás acudir rápidamente al veterinario.
Es probable que él no se muestre muy colaborativo cuando intestes ponerle el termómetro para comprobar si, efectivamente, tiene fiebre así que ármate de paciencia.
Le tomamos la temperatura por vía rectal porque es la más significativa y estable, para ello, utilizaremos un termómetro digital (son más rápidos) de plástico u otro material difícil de romper. Debemos hacerlo suavemente, intentando que nuestro mejor amigo esté tranquilo y a cuatro patas y ayudándonos de un poco de vaselina si fuera necesario. Que otra persona le distraiga puede ser un buen truco.
No olvides desinfectar bien el termómetro después de utilizarlo y apuntar el resultado y la hora del día a la que has tomado la medición, puede ser de ayuda para tu veterinario.
Sean de desparasitación o para tratar unos síntomas concretos, darle una pastilla a nuestro mejor amigo puede convertirse en toda una odisea. Aquí van algunos trucos que funcionan:
Para proteger a nuestros peludos es necesario tener sus vacunas al día.
Nuestro veterinario nos informará de aquellas que son imprescindibles y las opcionales que deben administrarle solo en casos concretos y, por lo general, nos recomendará comenzar con el plan de vacunación mientras sea un cachorro.
Es importante que nuestro perro tenga un mínimo de 2 meses para evitar fuertes efectos secundarios tras su administración, pero siempre es posible que tras alguna vacuna aparezca algo de fiebre, hinchazón en el lugar del pinchazo o pérdida de apetito. Si estos síntomas se alargaran más de una semana sería necesario acudir al veterinario.
Recuerda que, para poder vacunarle, nuestro perro debe estar sano así que, si tuvieras algún tipo de sospecha de enfermedad, deberías descartarla antes de administrarle la dosis correspondiente.
Para finalizar y como consejo final, lo más sensato y seguro es consultar con tu veterinario ante cualquier duda o urgencia. Él conoce a tu mejor amigo y sabrá darte las correctas indicaciones en cada caso.
Soñar, esa capacidad fantástica de vivir otros mundos y realidades mientras dormimos, no se trata más que de un mecanismo biológico de reparación cerebral que, aunque parezca largo e intenso, no dura más de unos minutos.
Si tienes gato desde hace mucho tiempo seguro que ya sabes todo o casi todo lo que te voy a contar hoy, pero si eres nuevo en esto de tener un minino en casa, probablemente te surjan muchas dudas sobre los cuidados que hay que tener con los gatos y, entre otros aspectos, está el del baño.
Muchos dueños de mascotas apuestan por los premios a la hora de educar, entrenar, jugar o simplemente mimar a sus compañeros. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta su calidad nutricional, prestando especial interés a los ingredientes y a su composición, buscando siempre la opción más natural y saludable para ellos.