Señales de alarma que nos pueden hacer sospechar que nuestro gato está enfermo
El gato es un animal que pone en riesgo su vida si demuestra debilidad en su estado salvaje o natural. Esto hace que sea más difícil para los dueños percatarse de si su gato tiene algún problema de salud, ya que muy probablemente un gato enfermo, o con dolor, va a intentar aparentar que todo va bien. No obstante, hay ciertas señales que pueden ponernos sobre aviso. En este artículo veremos cómo identificarlas.
En primer lugar, debemos aprender a reconocer a nuestro gato mediante un simple examen físico.
Acércate a tu gato y explóralo a fondo siguiendo.
Pasos a seguir para explorar a nuestro gato:
- Revisamos sus mucosas. Observa el color de la encía de tu gato, así como el color del párpado interno. Puedes aplicar un poco de presión con tu dedo en la encía. Ésta se pone blanca por la presión e inmediatamente recupera su color rosa pálido en un tiempo inferior a 2 segundos.
- Los gatos poseen 3 párpados, si es visible el párpado lateral puede ser una señal de alarma (fiebre, dolor, etc.).
- Observa su respiración y cronométrala, la frecuencia respiratoria debe estar entre 20 y 42 respiraciones por minuto. Presta atención al abdomen, si se “hunde” de forma exagerada puede indicar una disnea, -una dificultad respiratoria-.
- Revisa también su frecuencia cardíaca, tratando de medir sus pulsaciones. Éstas deben estar entre las 140 y 200 pulsaciones por minuto.
- Su temperatura corporal debe estar entre los 38 y 39 grados. Se mide vía rectal con un termómetro normal y a ser posible flexible.
- El pelaje debe ser denso y verse brillante y limpio.
- Su boca y sus oídos también son importantes. Si, por ejemplo, existiera una inflamación o rojez en la encía, debería valorarlo un especialista. Los oídos deben estar limpios.
- Se recomienda palpar el abdomen y mamas en las gatas, para descartar la aparición de cualquier tipo de masa dura anormal. Ellas tienen 4 pares de mamas desde las axilas hasta las ingles.
Cualquier anomalía dentro de estos puntos debe ser revisada por un veterinario. Una vez hemos aprendido a reconocer a nuestro gato, vamos a ver cómo podemos reconocer las señales de alarma.
Debemos prestar atención a posibles cambios en el comportamiento.
Cambios a detectar en su comportamiento:
- Tristeza, apatía o si duerme más de lo habitual. En ese caso es útil comprobar si tiene fiebre.
- Nuestro gato comienza a esconderse. Es posible que sienta malestar o dolor.
- Pérdida de apetito o de peso. Convendría revisar entonces sus dientes y encías por si está teniendo dolor al comer, y tomar la fiebre. El mal aliento también puede indicar infección bucal.
- Bebe más agua de lo habitual. Puede tener diversos motivos, pero es importante que lo revise un especialista para descartar una infección, un problema renal, o diabetes.
- Rechazo de la caja de arena, micciones y defecaciones en lugares fuera de lo habitual. No significa necesariamente que nuestro gato esté enfadado, podría ser una llamada de atención por un problema urinario. Lo mejor es recoger una muestra de orina y llevarla al veterinario para descartar cristales o infección. Igualmente debemos estar en alerta si entra y sale del arenero repetidas veces.
- Mal aspecto de las heces. Se puede deber a una gastroenteritis por bacterias o parásitos, o deberse a algo que ha ingerido o a alguna intolerancia alimentaria entre otras cosas.
- Se rasca o se lame más que de costumbre. Un gato que se lava compulsivamente una zona, es muy probable que lo haga porque siente dolor. El rascado suele deberse a picores por parásitos, alergias o dermatitis.
- Arcadas o vómitos. Si es puntual pueden deberse a una bola de pelo, a una ingesta demasiado rápida o abundante, o a haber ingerido algo poco adecuado. Puede ser también por inflamación de garganta. Si los vómitos o arcadas son continuados, debemos visitar a un veterinario cuanto antes.
Ante cualquiera de estas señales, deberemos llevar a nuestro animal al veterinario inmediatamente para determinar el origen de la posible afección.
Si se dan otros cambios o síntomas de enfermedad más alarmantes, debemos acudir inmediatamente al veterinario. Síntomas tales como:
- Hiperactividad, nerviosismo o irritabilidad.
- Alteraciones en los ojos: pupilas dilatadas que no se contraen con normalidad, secreciones abundantes, irritación, hemorragia en el globo ocular, ceguera temporal o permanente, movimientos anormales…
- Sangrado nasal.
- Desorientación y dificultad al coordinar movimientos.
- Parálisis temporal de las extremidades (ataxia).
- Convulsiones.
No debemos olvidar que nadie mejor que nosotros conoce a nuestro gato. Os animo a confiar en vuestro instinto y aprender, tanto a hacerle un reconocimiento físico, como a interpretar cambios leves en su conducta. Nos ayudará mucho a anticiparnos a la hora de detectar cualquier posible problema de salud.